Hojas de pasto

La gran hiedra se bate sobre mí
Y me acusa
Dice que me meneo cuando el viento
No da sobre los campos.

Tampoco yo he sido labrado, ni domesticado
Tampoco yo he sido interpretado
Mi ansiosa sacuda recrea sonidos
Que se encaminan y retumban sobre los jardines.

Los últimos resplandores de sol
Se demoran por mí,
Lanzan por los cielos mis delicadas hojas
Y me arrastran al frío y las tinieblas.

Me despido con el aire, arranco mis ramas del suelo
Vuelo con el sol transitorio y fugitivo sol,
Convino mi carne con las ventiscas y la esparzo
En una fiesta desastrosa de olvido.

Me doy sin reparo al barro, para crecer entre la tierra que amo,
Si me necesitas aún, búscame bajo la suela
De tus zapatos.

Apenas sabrás quién soy ni que significo:
Soy la salud de tu cuerpo
Y me filtro bajo tu sangre para darle vigor.

Si no me encuentras en ese lugar, no te acongojes
Búscame en otro,
En algún sitio he de detenerme para esperarte.

Deja un comentario

Un sitio web WordPress.com.

Subir ↑